Las sospechas y las dudas ponen a prueba el amor más grande.
Para Raelynn Barrett, su matrimonio con el atractivo magnate naviero Jeff Birmingham señala el comienzo de una vida nueva y maravillosa. Atrás queda su amargura por la trágica e inmerecida desgracia de su familia.
Pero, en la hermosa plantación de Carolina del Sur, Raelynn tampoco puede hacer oídos sordos a las crueles acusaciones y rumores que circulan sobre su esposo. Ni puede negar lo que ve con sus propios ojos...
Jeff, que se sabe inocente se opondrá a la traición con todas las fibras de su ser a fin de conservar su felicidad amenazada, reconquistar la confianza de la mujer que adora... y asegurarse para siempre un lugar en su corazón.
Valoración
Cuarto libro de la serie «Familia Birmingham».
Precedida por los relatos cortos «El beso» y «Después del beso», esta novela cuenta con los mismos protagonistas y es la continuación inmediata de esas dos historias. Si en los relatos se narra cómo se conocen Raelynn y Jeff y su precipitada boda, la novela transcurre dos semanas después, con los mismos personajes, incluyendo a los villanos.
Pese a que es el cuarto libro de la serie, también fue el último en escribirse. De hecho, casi treinta años separan la publicación de «La llama y la flor» de la de «Mentiras y secretos». Sin duda, Jeff merecía una historia propia pero, dado el resultado, casi hubiera preferido que ésta se limitara simplemente a los relatos y quedarme con el Jeff que se nos presentó en un principio.
La novela está bien escrita, como todas las de Katheleen Woodiwiss, su estilo se identifica claramente, pero casi no ocurre nada en toda la trama y se hace demasiado lenta. Durante las doscientas primeras páginas sólo se describe la felicidad conyugal de la pareja, con ciertas sombras, sí, pero es todo muy monótono; y lo que pasa después se me ha hecho igualmente pesado. No es hasta las últimas cien páginas cuando la historia se anima mínimamente, pero no demasiado, porque a esas alturas ya había adivinado todo el misterio. Si merece la pena leer esta novela es sólo por el encantador Jeffrey Birmingham y las breves apariciones de Heather, Brandon y Beau.
La historia —al igual que los relatos— se desarrolla cuatro años después de lo narrado en la novela que inicia la serie, «La llama y la flor», donde conocimos a Jeff Birmingham. Ya entonces se le veía madera de protagonista; no obstante, creo que con los relatos cortos habría sido suficiente, pues la novela no hace justicia a lo que esperaba del protagonista. La trama no cuenta una gran intriga, y ésta tarda en aparecer, pero, además, es completamente predecible y aburrida. Casi toda la acción está relacionada con lo sucedido en los relatos precedentes, que se describe a través de los pensamientos y conversaciones de los personajes.
El tema de la intriga es algo aparte, hay varios secretos por descubrir, pero son tan evidentes que el misterio es nulo. Sé reconocer un sospechoso cuando me lo presentan, y si es el único pues no hay más que decir, ha sido todo muy obvio. Me parecía una premisa interesante que Raelynn tuviera sospechas sobre su marido, pero al conocer a Jeffrey mejor que ella y ser evidente que es inocente de todo, la intriga se evapora. Hubiera sido más interesante que el lector sospechara igual que ella, que dudara, que se creara un clima de misterio en torno a la verdad sobre Jeff.
Entre los protagonistas hay una descompensación, porque Jeff me gusta mucho, pero Raelynn es un personaje bastante soso y con poco interés.
Raelynn es una joven inglesa recién llegada a las colonias, hace menos de dos semanas que se ha visto rescatada por un atractivo hombre para después casarse inmediatamente con él. Para ella es una gran suerte haberlo conocido, pero algunas circunstancias le hacen preguntarse quién es realmente su marido, si será el hombre honorable que ella cree o si se oculta tras una máscara. Es lógica su actitud puesto que, en realidad, sólo hace dos semanas que se conocen, pero sus cambios de actitud no me parecen creíbles, tiene un carácter en muchos momentos infantil y egoísta. Entiendo sus dudas, pero he acabado cansada de ella y sus sospechas.
Por otro lado, he tenido la sensación de que conocía a Jeff mucho mejor que su propia esposa, pues para mí es obvio que él no es responsable de ninguna de las sospechas de Raelynn. Jeff era uno de los mejores personajes del libro que inicia esta serie, y se merecía una historia propia, pero no ésta. Sigue siendo el hombre encantador de siempre, un caballero dispuesto a rescatar a una dama, pero esta novela es demasiado lenta y pesada como para que pueda mostrar su potencial. Por supuesto, Raelynn tampoco ayuda. Me gustaba más la imagen que dio en el libro de Brandon, y he visto esa versión suya en las escenas que comparte con la familia de éste, pero pocas veces más, porque la trama no da más de sí.
La historia se centra mucho en la relación de los protagonistas, en qué pasa después del «comieron perdices», porque no dejan de ser una pareja de desconocidos que se atraen. Pero son una pareja demasiado perfecta, demasiado aburrida y con poca química, durante buena parte de la historia tanta compenetración es bastante azucarada, incluso un punto excesiva. Pasan de la felicidad conyugal al distanciamiento en un momento, pero son fases demasiado largas y pesadas. A la historia le falta amor, le falta pasión, carece de la intensidad de la historia de Heather y Brandon, en comparación con ésta sale perdiendo estrepitosamente. Además, los extraños sueños y la llamada del destino me ha parecido rebuscado y cursi.
Una de las cosas que me han gustado ha sido reencontrar a una embarazadísima Heather y a Brandon, y al pequeño Beau, con tres años; las dos breves escenas en que aparecen los tres juntos son lo mejor de la novela. También hay una pequeña historia de amor secundaria entre el amigo de Jeff, un antiguo boxeador reconvertido en modisto, y su ayudante, una historia bastante tierna.
El final es, en teoría, el clímax de la historia, pero como ya había atado cabos identificando al único sospechoso de la novela y el resto de preguntas que se plantean me parecían evidentes, no ha sido ninguna revelación.
Para mí, éste es el libro más flojo de la serie. Mi favorito es la historia de Brandon, y la de Beau tampoco está mal; pero ésta es demasiado larga para los acontecimientos que narra, demasiado lenta. En definitiva, le falta acción. Desde luego, es la novela más floja que he leído de esta autora, que por otro lado suele gustarme bastante, pero es un libro aburrido, lento y pesado. La considero una novela prescindible, lo único que la salva es el hecho de no dejar descolgado a Jeff.